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Caso Epstein: comienza el juicio contra Ghislaine Maxwell, acusada de tráfico sexual de menores

  • La socia del magnate acusado de pedofilia, Jeffrey Epstein, se enfrenta a una condena de 80 años de cárcel
  • El juicio planeaba celebrarse en 2020, pero fue retrasado por la pandemia y aplazado por la aparición de nuevas pruebas

Publicado en RTVE.es el 29 de noviembre de 2021

Foto de archivo del 2 de julio de 2020, la fiscal federal Audrey Strauss anuncia cargos contra Ghislaine Maxwell durante una conferencia de prensa en la ciudad de Nueva York AFP / JOHANESS EISELE
Foto de archivo del 2 de julio de 2020, la fiscal federal Audrey Strauss anuncia cargos contra Ghislaine Maxwell durante una conferencia de prensa en la ciudad de Nueva York – AFP / JOHANESS EISELE

Un año después de su arresto, Ghislaine Maxwell, la heredera británica acusada en EE. UU. de reclutar adolescentes para el magnate pederasta Jeffrey Epstein, será juzgada por seis delitos de tráfico sexual. El juicio comenzará este lunes en un tribunal de Manhattan y pueden condenarla hasta a 80 años de cárcel.

Se le acusa fundamentalmente de «incitar a menores a viajar para participar en actos sexuales ilegales» y «transporte de menores con finalidades de acto sexual» entre 1994 y 1997. A estos, se le suman dos cargos de conspiración y otros dos de perjurio. 

Jeffrey Epstein fue acusado en 2019 de «reclutar, preparar y por último abusar» de jóvenes menores, en algunos casos de 14 años, desde 1994 y hasta 2004. Sin embargo, un mes después de ingresar en prisión, el multimilloranio se suicidó a sus 66 años en la cárcel neoyorkina donde esperaba juicio.

Desde el suicidio del que fue su amante, Maxwell adquirió otra identidad y huyó. A principios de julio de 2020 fue arrestada por el FBI en una mansión de Bradford, New Hampshire. Había comprado una propiedad de 63 hectáreas y estaba escondida allí desde diciembre del año anterior.

«El juicio de la década»

El proceso comenzó oficialmente el 16 de noviembre. La jueza del caso, Alison Nathan, inició la selección del jurado a puerta abierta, a pesar de la solicitud de la defensa de que no se hiciera pública. Los abogados de Maxwell pidieron que se mantuviera a puerta cerrada porque era un caso muy mediático y eso resentía la presunción de inocencia de su cliente. No obstante, Nathan argumentó que en este caso debía prevalecer la libertad de prensa.

Esta no es la primera petición de la defensa que la jueza desestima, entre ellas, había solicitado – por cuarta vez – la libertad con fianza de la acusada y que se levantara el anonimato que protege a las víctimas. Finalmente, las testificantes prestarán declaración bajo pseudónimo y no se podrán realizar fotografías ni la acción de los «artistas de la sala» – personas cuyo oficio es dibujar casos mediáticos en los que las fotografías están prohibidas.

En cuanto a la negativa de la libertad provisional, la jueza considera que la triple nacionalidad – británica, estadounidense y francesa – de la acusada y su gran agenda de contactos elevan considerablemente el riesgo de fuga. 

El juicio, que planeaba celebrarse en 2020, fue retrasado por la pandemia y aplazado por la aparición de nuevas evidencias, pero comienza dos años después del suicidio de Epstein. De 200 posibles jurados, la lista ya se ha reducido a 50 y en los próximos días deberán concretarse doce integrantes y seis suplentes. Se cree que el juicio puede alargarse hasta dos meses y que al menos cuatro de las víctimas declaren.

La versión de Maxwell

En todas sus intervenciones Maxwell siempre se ha declarado «no culpable» y sus abogados defienden que se están vulnerando sus derechos. Uno de sus abogados, Bobbi Sternheim, insiste en que la acusada lleva 16 meses recibiendo «un trato emocional implacable e injustificable», lo que interfiere en su capacidad para preparar el juicio.

Según la defensa, existe una gran cantidad de documentos, libros y artículos que documentan el caso y que están socavando su presunción de inocencia, siendo «percibida y tratada» como culpable. Por otro lado, denuncia condiciones insalubres, alimentación precaria y falta de intimidad a las que Maxwell se enfrenta a diario en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn. Además, asegura que la luz fluorescente de la prisión y las visitas cada 15 minutos de los agentes como método de prevención antisuicidio no la dejan descansar. 

Con el fin de poner fin a esto, los hermanos de la acusada han denunciado en una carta a la ONU que la detención de la socialité había sido «arbitraria» y que lleva «erróneamente en confinamiento solitario unos 500 días». Los abogados de la familia, François Zimeray y Jessica Finelle, en la carta afirmaron que su cliente estaba sujeta a condiciones «inhumanas y degradantes» y que su «demonización continua en los medios» pone en peligro su derecho a un juicio justo.

Ghislaine Maxwell: de la socialité a la trata de blancas

Hija de Robert Maxwell, dueño del diario británico sensacionalista The Daily Mirror, de familia pudiente y con vínculos poderosos, es conocida por codearse con figuras políticas influyentes como Donald Trump, Bill Clinton y el príncipe Andrés de Inglaterra – acusado de abuso sexual por Virginia Giuffre, una de las menores víctimas de Epstein, y en espera de juicio -. Se cree que inició una relación sentimental con Epstein y que lo introdujo en la alta sociedad, siendo este el principio de la red de tráfico sexual que iniciaron.

Poco después de la muerte de Epstein, una treintena de mujeres relataban ante un juez en Nueva York los reiterados abusos que sufrieron por parte del magnate y sus amigos. Además, hicieron hincapié en que Maxwell era tan culpable como él. 

Las víctimas han denunciado que la británica las reclutaba para dar masajes al empresario y a sus contactos a cambio de cientos de dólares en efectivo. Estos masajes eran de índole sexual y tanto Maxwell como todos los implicados sabían que se trataba de chicas menores de edad.

Según sus testimonios, no solo se ocupaba del traslado y reclutamiento, sino que también trataba de normalizar el abuso sexual hablando con ellas de temas sexuales, desvistiéndose frente a ellas y estando presente en el momento del abuso. Algunas de las chicas aseguran que eran reclutadas en la puerta de sus colegios, se ganaba su confianza llevándoselas de compras o al cine y luego las llevaba ante los pederastas.

Un acuerdo polémico que retrasó la justicia

En 2009 y ante las decenas de denuncias de mujeres que acusaban a Epstein de abusar de ellas cuando eran menores, el magnate llegó a un acuerdo con la Fiscalía del Sur de Florida para poner fin a la investigación. Se declaró culpable de cargos estatales menores y fue condenado a poco más de un año de cárcel, a cambio de compensar económicamente a las víctimas.

Una vez que Epstein fue imputado por explotación sexual, el secretario de Trabajo que se ocupó del acuerdo diez años antes, Alex Acosta, presentó su dimisión. Acosta, entre otros fiscales, había llevado un acuerdo extrajudicial y había condenado a Epstein por prostitución – un delito menor -, la condena de 13 meses que se le impuso la cumplió en forma de trabajos comunitarios desde su oficina. 

En 2019, un juez de Florida dictaminó que la Fiscalía había quebrantado la ley al llevar a cabo un acuerdo que afectaba a más de 30 mujeres víctimas de tráfico y explotación sexual. La investigación que se detuvo en 2009 podría haberle llevado a la cadena perpetua. 

Otro implicado: el duque de York

Las conocidas popularmente como las «casas de los horrores» del pedófilo Jeffrey Epstein, eran los lugares donde generalmente se daban las agresiones. Sin embargo, según ha asegurado una de las víctimas, Virginia Giuffre, la casa de Maxwell en Londres fue también escenario de abusos. Giuffre ha denunciado que hasta en tres ocasiones entre 1999 y 2002 el príncipe Andrés de Inglaterra abusó de ella. Ante la acusación, el tercer hijo de la reina Isabel II abandonó sus funciones públicas y se retiró. 

Giuffre fue reclutada por Maxwell en una de las mansiones de Donald Trump, donde el padre de la entonces menor trabajaba como jefe de mantenimiento. Tenía 14 años, era parte del personal del spa y cuenta que Maxwell le ofreció un empleo como masajista en el que no requería experiencia previa. Poco después, los abusos llegaron y se prolongaron hasta sus 17 años.

Se ha estimado que el juicio se celebre entre septiembre y diciembre de 2022. Los abogados que representan a ambas partes han asegurado que esperan recabar las declaraciones de al menos una docena de testigos, entre ellos, se cree que el testimonio de una de las hijas del príncipe será fundamental.

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