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La pandemia estanca la ayuda humanitaria internacional: más necesidades y menos fondos

  • Según el último informe de Médicos Sin Fronteras y el IECAH 
  • Solo la mitad de países que solicitaron ayuda fueron financiados

Publicado en RTVE.es el 16 de diciembre de 2021

Una palestina camina entre escombros en la ciudad de Gaza.
Una palestina camina entre escombros en la ciudad de Gaza. – MSF / FADY HANONA

La pandemia provocada por la COVID-19 inició una crisis global que no solo ha puesto en jaque al mundo a nivel sanitario y económico, sino que también ha estancado la ayuda humanitaria internacional. Más de 243 millones de personas se encuentran en situación de emergencia y la lista de países que requieren ayuda de primera necesidad ha aumentado hasta 75. Sin embargo, los fondos para hacer frente a esta situación siguen estancados, según afirma el último análisis de Médicos Sin Fronteras (MSF) y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

El informe publicado este jueves bajo el título «La acción humanitaria en 2020-2021: la pandemia retrasa las reformas necesarias» hace hincapié en que la diferencia entre las solicitudes de fondos y los desembolsos recibidos ha alcanzado su cifra récord. De los 55 países de todo el mundo que hicieron un llamamiento de ayuda a Naciones Unidas en 2020 tan solo el 52% fueron financiados.

Esto indica que no solo ha aumentado la cifra de países en situaciones de necesidad, que supone un incremento del 27% respecto al año anterior, sino que también ha disminuido el número de llamamientos atendidos. Según los datos del informe, desde 2011 se han cubierto más del 60% de solicitudes, excepto en dos ocasiones: 2015 (54%) y 2020 (52%).

Entre 2016 y 2018 la cifra de financiación se había mantenido constante en un 60% y, tras una subida al 64% en 2019, esta ha bajado en 2020 hasta alcanzar su peor cifra. Por otro lado, solo se han cubierto un 40% de los llamamientos relacionados exclusivamente con la COVID-19, es decir, en el 60% de los casos no se ha recibido desembolso para hacer frente a la pandemia.

En 2020, la cifra total de ayuda fue de 30.900 millones de dólares (27.353 millones de euros), tan solo cien millones de dólares más que en 2019, pero con un mayor número de países desamparados.

Una brecha cada vez más grande

Durante el curso de estos dos años el mundo ha sido testigo de numerosos conflictos, entre ellos, el agravamiento de la crisis en Afganistán que llevó a los talibanes al poder, el impacto de la guerra en Tigray (Etiopía) o el continuo aumento en el número de personas refugiadas o víctimas de desplazamientos forzados.

De 243,8 millones de personas que en 2020 se encontraban en situaciones de necesidad, la mitad vive en tan solo nueve países. Las causas principales son los conflictos armados, los desastres y la violencia, pero la pandemia ha agravado la situación y es responsable de que 19 millones de personas más afronten esta situación – que es la cifra que marca la diferencia respecto a 2019 -.

Jesús A. Núñez, codirector del IECAH, asegura que «la brecha entre necesidades y recursos dejan a cada vez más poblaciones sin la asistencia y protección adecuadas». Según él mismo, la pandemia ha ralentizado los compromisos que se empezaron en la Cumbre Humanitaria Mundial de 2016 y se han paralizado las reformas del sistema humanitario, a pesar de su urgencia, tanto a nivel internacional como nacional.

Las iniciativas, MSF y IECAH, estiman que el 81% de la población de Yemen requiere ayuda humanitaria, pero en 2020 el país tan solo recibió 2.152 millones de dólares para hacer frente a su situación. Por otro lado, se estima que en Siria se destinaron 2.598 millones de dólares para el 67% que necesita ayuda y que, en Sudán del Sur, donde el 64% necesita ayuda, solo se destinaron 1.381 millones.

Los conflictos de este último año han llevado a la República Democrática del Congo (RDC) y a Afaganistán a experimentar una subida de su población en riesgo de 7,5 y 2,5 millones de personas, respectivamente. Estos dos países sumaban 82,4 millones de refugiados a finales de 2020, que ha supuesto un 3,4% más de desplazados a nivel global.

Estructuras débiles contra la pandemia

La COVID-19 ha impactado en la coyuntura sanitaria mundial y ha evidenciado la brecha, a todos los niveles, entre países de altos ingresos y el resto del mundo, así como «las débiles estructuras de protección social en todo el mundo». Durante estos dos años se ha experimentado una creciente desigualdad entre países a la hora de acceder a vacunas, diagnósticos, tratamientos, respiradores y otros suministros médicos vitales para hacer frente a la emergencia sanitaria.

El informe enfatiza que, en el caso de los países privilegiados, como España, se está administrando la tercera dosis, mientras que hay países donde el personal sanitario de primera línea o grupos más vulnerables aún no están vacunados. Asimismo, asegura que ha impactado colateralmente en otros aspectos de salud mundial suponiendo el aplazamiento de 60 campañas de vacunación que ponen en riesgo a 228 millones de personas, la interrupción de un tercio de los servicios médicos y el crecimiento en más de un 26% de personas con depresión y ansiedad.

Por otro lado, se ha registrado que hay 118 millones de personas más que en 2019 en situación de subalimentación y que la cifra ronda las 800 millones de personas. En algunos países se han interrumpido los servicios contra la malaria, el diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis y/o las pruebas y prevención del VIH.

La responsable de Relaciones Internacionales de MSF, Raquel González, incide en que la solución está en habilitar un mecanismo de respuesta a las emergencias «que evite que algunos países acaparen los limitados recursos mundiales». Así, aboga por poner condiciones a la financiación pública, promover la transferencia de tecnología y hacer públicos los contratos con transparencia respecto a costes y precios.

La acción humanitaria en España crece

De acuerdo con el informe, la acción humanitaria que España ha destinado a otros países ha incrementado en un 55% hasta alcanzar los 96 millones de euros desembolsados. A la hora de destinar los fondos, se han seguido los mismos patrones de años anteriores, así, por zonas geográficas, América del Sur ha recibido el 19%; Oriente Medio, el 18% y África Subsahariana, el 12%.

Sin embargo, el país aún está lejos de alcanzar el compromiso de Cooperación Española por el cual deberían destinarse a ayuda humanitaria 10 de cada 100 euros de la Ayuda Oficial de Desarrollo (AOD). Según Francisco Rey, codirector del IECAH, el proceso se ha ralentizado «por los efectos de la pandemia, los cambios en los responsables, la falta de continuidad y de claridad» de las administraciones y grupos políticos sobre el alcance y prioridades de la reforma.

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