Historias

Historias de la cuarentena (Parte V)

Un villaraltero cuenta cómo ha sido la vuelta a su pueblo y cómo ha cambiado su rutina debido al Covid-19

Publicado en Insitu Diario el 24 de marzo de 2020

Foto: Ayuntamiento de Villaralto

En esta quinta entrega de ‘Historias de la cuarentena’, Ángel García, estudiante de ADE en Córdoba y natural de Villaralto, cuenta cómo ha sido la vuelta a su pueblo y cómo ha cambiado su rutina debido a la crisis sanitaria causada por el Covid-19.

Desde que se declaró el pasado viernes 13 el estado de alarma en todo el territorio nacional, los rectores de las universidades andaluzas hicieron llegar un comunicado a sus alumnos por el que se suspendía la actividad docente presencial hasta el 30 de marzo. Tras el último comunicado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, esta situación se va a ver prorrogada otros quince días.

Tras suspenderse las clases, Ángel volvió a su pueblo natal porque «vivo en un piso de estudiantes en Córdoba, pero viendo cómo estaban las cosas prefería volver a casa con mi familia», según el villaraltero, «se pasa mejor que estando solo en un piso». Dos días después se declaró oficialmente el confinamiento. Actualmente en Villaralto no se ha dado ningún positivo por Covid-19.

«Cuando llegué al pueblo no se había implantado la cuarentena y pude ver a mis amigos, a partir de ese momento no he podido verlos. Muchos de ellos no están en el pueblo porque trabajan o estudian fuera y han decidido quedarse en su ciudad en vez de venir aquí para evitar ser contagiados o contagiar a los demás», cuenta.

Asegura que el confinamiento ha trastocado su rutina, sobre todo porque antes tenía clases y un horario específico para ir al gimnasio, «tenía todo planificado; ahora voy por libre, hago cada cosa cuando me da la gana».

A pesar de que sigue teniendo todos los exámenes parciales y finales según lo previsto, su Trabajo Fin de Grado ha sido lo más perjudicado porque «lo tenemos que hacer en grupo y nos tenemos que reunir bastante. Antes nos podíamos reunir todos en la universidad o en la biblioteca y ahora vamos a tener que hacerlo de forma online». En vistas de esta situación, Ángel y sus compañeros hacen videollamadas para poder terminarlo.

«En mi casa no utilizamos mascarillas y mi padre cuando va a trabajar no lleva nada; su trabajo está a unos tres minutos en coche de mi casa como mucho», aclara.

Su padre tiene una ganadería y la leche que produce la recoge Covap; algunos veranos Ángel le echa una mano. Actualmente, su padre está echando las mismas horas que echaba antes porque «no puede dejar de trabajar porque la leche es uno de los productos más demandados en el supermercado», expone.

Un paseo solitario por Villaralto. Vídeo aportado por Ángel García

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el censo de Villaralto en enero de 2019 era de 1.131 habitantes. Ángel afirma que, como su pueblo es pequeño «no he visto nada de ambiente, la gente sale solo para ir al supermercado; parece un pueblo fantasma».

Aunque en su calle no se aplaude al personal sanitario ni a todas las personas que están luchando durante esta crisis sanitaria, hay otras calles en las que sí se hace. Según cuenta, «el panadero ha dejado de repartir a domicilio, que es lo que solía hacer, ahora solo se puede ir a la panadería a comprar». Por otro lado, las dos tiendas de comida que hay están repartiendo productos a domicilio.

El alcalde de Villaralto, Ángel Moreno, ha manifestado que, de momento, «hay tranquilidad y sobre todo mucha colaboración ciudadana. Los villaralteros somos muy solidarios en tiempos difíciles«. Estos días se ha puesto en marcha un concurso de dibujo en Facebook para difundir mensajes positivos en la lucha contra el Covid-19. Además, desde el 20 de marzo se han incrementado los trabajos preventivos de desinfección en todas las calles del pueblo.

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