Mujeres trotamundos: Viajeras de la historia

Jerrie Mock (1925-2014)

El viaje de Geraldine «Jerrie» Mock, la primera mujer en completar con éxito la vuelta al mundo en avión. Es la mujer que más rápido ha conseguido circunnavegar el globo ✈️

Geraldine “Jerrie” Mock nació en Ohio (Estados Unidos) en 1925 y se convirtió en la primera mujer en dar la vuelta al mundo en avión y en solitario. Su interés por la aviación despertó cuando se subió por primera vez a la cabina de un avión cuando tenía siete años. En el colegio daba clases de ingeniería aeronáutica y continuó estos estudios en la universidad, pero conoció allí a su futuro marido y dejó su formación para dedicarse al hogar.

Durante un tiempo se ocupó de la producción de un programa de radio y otro para la televisión local en el que reunía a adolescentes para debatir sobre la política global. Además, la familia solía recibir en su casa a estudiantes extranjeros de intercambio.

En 1956, cansada de la monotonía y aburrida de las tareas del hogar, retomó su sueño y empezó a dar clases de vuelo. Dos años después y con poco más de 700 horas de vuelo consiguió su licencia y empezó a volar por el mundo. Durante su periodo de aprendizaje empezó a gestionar un aeropuerto de Illinois, pero lo dejó cuando se propuso dar la vuelta al mundo. No lo hizo por dinero ni fama, lo hizo para romper las reglas y desafiar los estereotipos de la época.

Tenía habilidad para descubrir nuevas rutas y explorar. Viajó a las Bahamas, Canadá y México. Muchas veces recorría rutas de larga distancia, tenía una gran capacidad para la navegación. Todos estos viajes la prepararon para su gran hazaña. Tras una conversación con su marido decidió dar la vuelta al mundo.

Preparó su viaje durante un año. Leyó numerosos libros de Geografía y el diario de Amelia Earhart. Además, pidió ayuda a algunos oficiales de las Fuerzas Aéreas para que la ayudaran a establecer sus paradas y contactar con las diferentes embajadas que tendría que visitar.

Partió el 19 de marzo de 1964 a bordo de una Cessna 180 monomotor de segunda mano, con más de diez años de uso, a la que bautizó como “Spirit of Columbus”, pero luego la apodó “Charlie”. Durante su periplo, tuvo que hacer frente a varias averías y continuos percances burocráticos entre países. De camino a San Francisco tuvo que afrontar casi 20 horas de vuelo sobre el Pacífico sin parar. Con cerca de 37.000 kilómetros recorridos llegó a su destino el 17 de abril. Tardó 29 días en dar la vuelta al mundo y solo hizo 21 paradas.

En su viaje batió hasta siete plusmarcas internacionales y recibió la medalla Louis Blériot de la Federación Aeronáutica Internacional y la Medalla por un Servicio Excepcional de la Agencia Federal de Aviación. Al mismo tiempo, la aviadora Joan Merriam Smith inició también esta hazaña. Aunque no era una competencia directa los medios de comunicación de todo el mundo seguían los avances de cada una esperando a saber quién lo completaría antes.

En sus memorias manifestó que se había sentido presionada por su marido durante el viaje. El publicista le había insistido en conocer exhaustivamente todos los secretos de los lugares que visitaba para venderlos a la prensa internacional.

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